Mallorca, 1936. Manuel y Ramallo, dos niños de diez años, presencian las crueles ejecuciones de los hombres de su pueblo cuando la Guerra Civil llega a la isla, algo que les marcará de por vida de forma traumática. El drama de un amigo, cuyo padre fue asesinado, y que posteriormente acabará suicidándose delante de ellos dos, también les resultará una experiencia especialmente dolorosa.

Diez años después, cuando la contienda ya ha terminado, se reencuentran en un lúgubre sanatorio para enfermos de tuberculosis. Aparece entre ambos una gran amistad, y un grado de complicidad por estar sufriendo los dos la misma enfermedad. Sin embargo, cada uno la vive de una forma diferente: Ramallo está todavía lleno de vitalidad, mientras que Manuel se ha refugiado en la religión para intentar escapar del amor que siente por su amigo, por considerarlo «ilícito» y «pecaminoso». Esta relación de amor no correspondido marcará a Manuel, que hasta llega a autocastigarse al no aceptarse a sí mismo como homosexual.

Destaca la excelente fotografía y ambientación de Mallorca en los años cuarenta, con una tonalidad cálida y alegre en los primeros momentos de la película, y otra más azulada y apagada en las escenas del sanatorio.