Gárate (Alejandro Tous) y Omar (Olav Fernández) son una pareja gay que desean convertirse en padres. Para lograrlo, contactan con Raquel (Zoraida Kroley), una joven embarazada cuyo novio acaba de morir de sida.

Paul (Peter Paige), un ingenuo y alocado artista gay con un aburrido trabajo de teleoperador, recibe un fuerte mazazo cuando su amiga Sarah (Lisa Edelstein) y su marido deciden mudarse por razones laborales a Japón, llevándose con ellos a su hijo de dos años (e hijastro de Paul), Morgan. Paul, que solía jugar a diario con el pequeño, se encuentra de repente con que su vida está completamente vacía. Paul cae en una gran depresión que le lleva incluso a perder su trabajo.

Cuando Russell (Anthony Clark), su amigo y antiguo compañero de trabajo, le intenta animar para que recupere su vida normal, Paul decide que debe encontrar un trabajo relacionado con niños: quiere ser canguro. Para ello, empieza a colgar carteles por toda la ciudad y a frecuentar parques infantiles, donde pasará divertidos momentos jugando con niños. Sin embargo, cuando Maggie (Kathy Najimy), una de las madres que llevan a su hijo al parque, descubre que Paul no tiene hijos, empezará a sospechar de sus buenas intenciones y tendrá una idea para proteger a los niños del barrio, que pronto se le irá de las manos.

Anna (Maria de Medeiros), que regenta una fábrica junto a su madre y su hermano, regresa de vacaciones en el extranjero junto a su novia Mara (Antonia Liskova), cuando de repente descubre a Anis (Mounir Ouadi), un joven magrebí que se ha escondido en su coche para introducirse ilegalmente en Italia. Esto trastocará toda la relación entre las dos mujeres.

Bobby Riley (Pete Jones) es un treintañero de origen católico-irlandés, con una relación muy especial con sus hermanos (Nathan Fillion, Jeff Garlin y Dev Kennedy): Van juntos a pescar, les gustan las cervezas y el mismo equipo de béisbol… Sin embargo, sólo su hermana Maggie (Julie R. Pearl) sabe un secreto de Bobby que ella está deseando lanzar a los cuatro vientos: su hermano es gay y tiene novio, Andy (Michael McDonald). Aprovechando que el padre de los Riley acaba de fallecer, Bobby decide que ha llegado el momento de salir del armario ante sus hermanos. Sin embargo, la respuesta de éstos hacia la gran noticia será totalmente inesperada.

El español Xabi (Israel Rodríguez), el marroquí Driss (Mehroz Arif) y el mexicano Joel (Hugo Catalán) se escapan de un centro de menores de Ciudad Real y huyen a Madrid. En el autobús conocen a dos chicas, Rebeca (Inma Cuevas) y Marta (Pepa Aniorte), que deciden ayudarles en su destino, inconscientes de que los tres jóvenes son fugitivos. Pero Xabi tiene una idea que no puede quitarse de la cabeza: abertzale convencido, desea perpetrar un atentado terrorista en Madrid para así ser admitido en ETA por Iñaki (Luis Hostalot), su mentor y maestro. Pero convertirse en etarra no será el único deseo de Xabi.

Primer largometraje de Antonio Hens, cabe destacar las interpretaciones de algunos de los actores, en particular del propio Israel Rodríguez e Inma Cuevas. En una mezcla entre drama policiaco y comedia, se trata de un film irregular con un guión en nuestra opinión algo inmaduro, aunque potencialmente interesante. La mezcla entre homosexualidad y ETA no es nueva (como bien sabía el ya desaparecido Eloy de la Iglesia), aunque en este caso no se trata de un binomio equitativo. Si bien es el entramado etarra el que centra prácticamente todo el film, la vertiente gay se nutre exclusivamente de los prototípicos chaperos con clientela madura (es decir, sólo se muestra el lado sórdido y clandestino de la homosexualidad, como bien indica el título). Si la parte dramática queda un tanto desinflada (la historia podría haberse desarrollado mejor con algunos minutos más de cinta), es la parte cómica (gracias sobre todo a la estupenda Inma Cuevas) la que salva la película de caer en el fracaso total. La escena del atentado terrorista en la plaza de Colón de Madrid, que tiene como protagonista una enorme bandera de España que allí se iza en la vida real, resulta cómica al igual que absurda y ridícula, y levantó las risas y aplausos de la sala, a pesar de la gravedad de la historia allí relatada.