Dos hermanos irlandeses católicos, Connor (Sean Patrick Flanery) y Murphy McManus (Sean McNorman Reedus) se enfrentan a varios mafiosos rusos de la ciudad de Boston y acaban por matarlos. Como si fueran unos auténticos Elegidos, ambos interpretan este golpe de suerte como si fuera realmente la voluntad de Dios. Así que deciden tomarse la justicia por su mano, continuar su racha y eliminar a toda la chusma.

Para investigar la situación, ponen al frente al excéntrico y atípico agente homosexual del FBI Paul Smecker (Willem Dafoe), que destaca por su poco ortodoxa manera de resolver los casos. A pesar de la violencia cometida por los McManus, en el fondo se alegra, porque están consiguiendo algo que la policía llevaba intentando durante mucho tiempo: quitarse de en medio a todos los mafiosos y gentuzas varias de Boston. Incluso el público normal apoya la oleada de crímenes que está limpiando las calles de delincuentes, con lo que empiezan a considerarlos como «Santos» (de ahí el título original).

Pronto a los pistoleros se les une Vladdy (Layton Morrison), un correo de la mafia. Mientras, los rusos contraatacan contratando a un irlandés, el Sr. Brown (Billy Connelly), para que acabe con los McManus. La carnicería está asegurada.