Esta película es la prolongación de la serie del mismo nombre, que ha causado furor en el mundo entero por lo irreverente, maleducada y políticamente incorrecta que es. Está protagonizada por cuatro niños: Stan, el judío Kyle, el gordito Cartman y Kenny, que cree que va a morir de un momento a otro. También destaca el perrito gay.

La historia cuenta en clave de humor una hipotética guerra entre canadienses y estadounidenses, a raíz de dos cómicos de Canadá, Terrance y Philip, que estrenan una película de bastante mal gusto, «Asses of Fire». El caso es que los cuatro niños la ven y salen muy influenciados, de forma que empiezan a comportarse como los cómicos, insultando a todo el mundo, haciendo gamberradas y pronunciando aquella maravillosa palabra que empieza por «jod…».

Entonces los padres del pueblo, liderados por la madre de Kyle, se sienten muy preocupados por sus hijos y se rebelan contra Terrance y Philip. Una ola de odio hacia los canadienses recorre la zona, y piden al presidente Clinton que arregle la situación, de forma que la guerra es inevitable. A los niños se les aplican descargas eléctricas cada vez que dicen palabrotas, se queman los discos de los cantantes canadienses y Terrance y Philip son capturados y condenados a muerte.

En esto, Kenny muere, como era de esperar, y viaja al infierno. Allí se da cuenta de que el Demonio es gay, y mantiene relaciones con su amante, Sadam Hussein, quien planea conquistar el mundo. Los chicos de South Park tendrán que evitarlo.

Tampoco hay que perderse la escena en la que Big Gay Al hace un numerito con unos bailarines algo ligeros de ropa.